Pekín y Tianjín el 3 de enero
Estos últimos días los informativos se están haciendo eco de los altísimos niveles de contaminación atmosférica que se registran en Pekín como consecuencia, entre otras cosas, de los casi cinco millones de vehículos que transitan por sus calles, las emisiones de las industrias locales y las numerosas calderas de carbón que encienden sus ciudadanos en invierno.
La densidad de partículas de diámetros inferiores a 2,5 micras ha llegado a picos de hasta 993 microgramos por metro cúbico, una barbaridad si se tiene en cuenta que la Organización Mundial de la Salud considera poco recomendables los niveles que se sitúan por encima de los 25 microgramos.
La situación ha llegado a tal punto de gravedad que los hospitales asisten a repuntes de entre un 20% y un 30% de los casos relacionados con problemas respiratorios o cardíacos y el gobierno ha hecho un llamamiento a las empresas para que disminuyan su actividad, a prohibido a las escuelas organizar prácticas deportivas al aire libre y ha solicitado a la población que deje sus vehículos en casa y utilice el transporte público.
Nube de contaminación sobre Pekín y Tianjín el 14 de enero
La problemática a la que está teniendo que hacer frente Pekín ha quedado retratada en estas imágenes de la zona norte de China que ha tomado el Espectroradiómetro de Imágenes de Media Resolución (MODIS) que se encuentra a bordo del satélite Terra de la NASA.
En la primera de ellas, realizada el jueves 3 de enero, la capa de nieve que en esta época del año ya ha caído en extensas zonas de la región no impide que se pueden distinguir las vías de comunicación de Pekín y Tianjín, así como el puerto de esta última localidad. En cambio, en la segunda imagen, correspondiente al lunes 14 de enero, ambas ciudades se hallan ocultas bajo la espesísima nube de contaminación que todo lo cubre.