En la Constelación de Sagitario, a una distancia estimada de entre 4.000 y 6.000 años luz de la Tierra, se encuentra la Nebulosa de la Laguna, una región interestelar gigantesca que alberga en su interior nubes de gas y polvo que tiene la particularidad de ser una de las pocas que se puede observar a simple vista desde algunas latitudes de nuestro planeta.
En su interior alberga el cúmulo abierto NGC 6530, en el que miles de estrellas jóvenes se han formado a partir de la misma nube molecular y están ligadas gravitacionalmente entre sí. La fotografía que encabeza este artículo, tomada por el telescopio espacial Hubble, muestra precisamente una porción de este cúmulo, que tiene una magnitud aparente 4,6.
En la parte central de la imagen se aprecia cómo las nubes de gas son muy compactas y brillantes, lo que confiere a estas zonas de un aspecto que se asemeja al que produce una humareda muy densa, mientras que en los extremos la densidad es menor.
Diseminadas a lo largo y ancho de este cúmulo abierto se aprecian estrellas cuya luminosidad contrasta con los tonos rojizos de las regiones con una alta concentración de hidrógeno y de los tintes verdosos y amarillentos de aquellas en las que predomina el nitrógeno.