El sistema de lanzamiento espacial Starship, compuesto por la nave espacial del mismo nombre y el propulsor Super Heavy, ha realizado esta tarde su primer vuelo orbital de pruebas. El despegue se ha producido a las 15:33 CEST y durante cuatro minutos ha ascendido hasta alcanzar una altitud de 38 kilómetros, momento en el que ha explotado.
Cuando apenas había transcurrido 1 minuto y 7 segundos desde el lanzamiento, 6 de los 33 motores Raptor de su etapa inferior han dejado de funcionar. Poco después, la nave y el propulsor Super Heavy no se han conseguido separar, lo que ha provocado que el sistema comenzase a girar de manera incontrolada.
Ante la imposibilidad de solucionar el problema, el director de operaciones de la misión se ha visto obligado a ordenar la destrucción del vehículo cuando se cumplían exactamente 3 minutos y 59 segundos desde su partida de la plataforma de lanzamiento:
Siendo éste un primer vuelo de pruebas, la posibilidad de que algo saliera mal y el conjunto acabase explotando en la atmósfera era muy alta. De ahí que el lanzamiento de hoy sea considerado como un éxito parcial, ya que el propulsor despegó satisfactoriamente y superó el punto de máxima presión dinámica sobre el fuselaje de la nave, conocido popularmente como Max Q.
Pero las cosas se torcieron cuando la etapa superior y la inferior no se separaron y el cohete entró en barrena. De acuerdo a los datos que ha proporcionado SpaceX, los restos de la explosión han acabado en el océano, de manera que el riesgo de que alguien haya podido resultar herido es mínimo.
Comentar para acabar que Starship es un sistema reutilizable que ha sido diseñado para transportar tripulación y carga a la órbita terrestre. Durante la segunda mitad de esta década será utilizado con toda probabilidad por el programa Artemis de la NASA para llevar astronautas a la Luna y, más adelante, se espera que sea el sistema que permita realizar los primeros vuelos tripulados a Marte y comenzar la era de la exploración humana interplanetaria.