El 4 de diciembre de 1965, la nave espacial Gemini 7 despegó de Cabo Cañaveral con los astronautas Frank Borman y James Lovell a bordo. Fue el cuarto vuelo tripulado del proyecto Gemini, el decimo segundo en el conjunto del programa espacial estadounidense y el vigésimo si sumamos las misiones rusas.
Planeada como una misión de larga duración, su razón de ser era investigar los efectos que tiene sobre el cuerpo humano la estancia durante varias semanas en el espacio. A tal efecto, Gemini 7 estuvo orbitando la Tierra a una altitud de entre 161,7 y 217,1 kilómetros durante 13 días, en los que completó un total de 208 órbitas.
GEMINI 7 VISTA DESDE LA GEMINI 6A | NASA
Pero si por algo es recordada esta aeronave es por las fotografías que he incluido en este artículo. Fueron tomadas por la tripulación de la Gemini 6A, una aeronave que partió unos días más tarde con el objetivo de encontrarse con la Gemini 7 en el espacio. El acercamiento se produjo el 15 de diciembre y se convirtió en el primero que se consiguió entre dos misiones tripuladas.
Durante su encuentro llegaron a situarse a tan sólo 30 centímetros la una de la otra y consiguieron mantener esta minima separación durante 270 minutos, tiempo que aprovecharon los astronautas de una y otra nave espacial para comunicarse mediante la radio.
Pasadas esas cuatro horas y media, la Gemini 6A se separó y al día siguiente aterrizó de vuelta en la Tierra. Los tripulantes de la Gemini 7, en cambio, permanecieron en órbita tres días más, hasta el 18 de diciembre, completando los parámetros establecidos en su misión.
FOTOGRAFÍA: NASA