En sólo unos años vamos a descubrir vida extraterrestre. Asà lo cree la Directora CientÃfica de la NASA, Ellen Stofan, que en una conferencia celebrada en Washington ha manifestado que encontraremos indicios sólidos de vida más allá de la Tierra esta misma década y las evidencias definitivas llegarán en un plazo de 20 a 30 años.
Stofan ha señalado que los avances tecnológicos que se han producido en los últimos años han dotado a la agencia espacial estadounidense de la tecnologÃa necesaria para alcanzar esta meta. Por ello confÃa en que están dando los pasos necesarios para llevar a buen puerto lo que, de confirmarse, serÃa uno de los logros más trascendentales de la historia de la humanidad.
John Grunsfeld, antiguo astronauta y actual directivo de la NASA, comparte la opinión de su compañera y, en el transcurso de la misma charla, ha indicado que vamos a encontrar señales de vida tanto en nuestro Sistema Solar como en otras regiones mucho más alejadas del Universo relativamente pronto.
Ambos han puntualizado, eso sÃ, que cuando hablan de vida extraterrestre no se refieren a monstruos como los que aparecen en las pelÃculas de ciencia ficción, sino de diminutos microbios. Su optimismo se asienta en los hallazgos que se han producido en los últimos tiempos.
El Telescopio Espacial Hubble, sin ir más lejos, ha encontrado evidencias de que bajo la superficie helada de la luna joviana de GanÃmedes se esconde un océano salado que contiene más agua que la que existe en la Tierra.
El mes pasado se confirmó también que el vehÃculo de exploración espacial Curiosity ha descubierto trazas de nitratos fijados en las rocas de Marte. La importancia de ambas noticias se debe a que tanto el agua como el nitrógeno son ingredientes básicos para el sustento de la vida.
Los datos recopilados por el Telescopio Espacial Kepler sugieren además que la mayorÃa de estrellas que se observan en el firmamento tienen planetas cercanos que las orbitan y que algunos de ellos podrÃan disponer de las condiciones necesarias para ser habitables. De hecho, la información que ha proporcionado Kepler apunta a que los mundos rocosos como la Tierra son más comunes que los gigantes gaseosos como Saturno o Júpiter.
IMAGEN DE PORTADA: NASA