La jornada de ayer estaba marcada en rojo en la agenda de la NASA desde hacía meses. Y es que, tras años de desarrollo, miles de millones invertidos, numerosos retrasos y una larga lista de críticas recibidas, debía ser el día en el que el programa Artemis hiciera su vuelo inaugural.
Pero para desazón de los cientos de miles de personas que estaban siguiendo en directo los preparativos a través de diferentes plataformas de streaming, la NASA se vio obligada a cancelar a última hora el lanzamiento después de detectar un problema en el motor de uno de los cohetes.
Afortunadamente, no se trata de un contratiempo de gravedad, de manera que si no surgen nuevos impedimentos este mismo viernes 2 de septiembre se realizará otro intento de lanzamiento desde el Complejo 39B del centro espacial John F. Kennedy.
Esta primera misión, que ha recibido el nombre de Artemis 1, no va a ser tripulada y tiene como objetivo principal probar el sistema de lanzamiento espacial (SLS por sus siglas en inglés) y la nave Orión, en la que en el futuro viajarán los astronautas.
Una vez se produzca el lanzamiento, esta misión permanecerá 25 días en el espacio y realizará una trayectoria circunlunar durante seis días antes de volver a la Tierra el 27 de septiembre. Si se completa con éxito, en 2024 está previsto que se lance la misión tripulada Artemis 2, la primera que dejará la órbita baja terrestre con astronautas a bordo desde que el Apolo 17 lo hiciera a finales de 1972.
Si todo va acorde a los planes, Artemis 3 marcará la vuelta del ser humano a la Luna, donde aterrizará a lo largo de 2025 y completará con éxito la primera fase del programa Artemis, que busca establecer una presencia constante en la Luna y que cuenta para ello con la colaboración de la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA), la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA), la Agencia Espacial Canadiense (CSA), la Agencia Espacial Brasileña (AEB), la Agencia Espacial Australiana (ASA) y la Agencia Espacial Mexicana (AEM).