Bill Gates ocupa desde más una década la primera posición en el ránking de las personas más ricas del planeta, con una fortuna personal de 50.000 millones de dólares. Tener esos ahorrillos le ha permitido destinar 28.800 millones de dólares a la fundación que lleva su nombre y aún así poder disfrutar de algunos lujos que el común de los mortales ni siquiera podría soñar.
Sin ir más lejos, Gates tiene una «modesta» mansión de 4600 metros cuadrados y 2 hectáreas de terreno situada a orillas del Lago Washington cuyo valor asciende a la nada despreciable cifra de 125 millones de dólares. Además de las estancias habituales, dispone de piscina climatizada, salón de conferencias, gimnasio, biblioteca, pista de tenis, sala de cine y hasta de un estuario artificial. En este croquis puede observarse la disposición del conjunto:
Aunque gran parte del edificio se encuentra bajo la colina y, por tanto, no se puede observar a través de las fotografías aéreas, aquí tenéis unas cuantas imágenes que he ido recopilando de Internet y que dan fe de la magnitud de la construcción:
Esta imagen corresponde a un momento en el que el edificio aún no estaba finalizado:
La fotografía siguiente la he tomado con el servicio Virtual Earth de la propia Microsoft:
Algunas curiosidades más asociadas a esta fastuosa mansión:
- El edificio es de color rojo
- Las obras se prolongaron 7 largos años, de 1988 a 1995
- En su construcción trabajaron más de 300 personas, 104 de ellas electricistas
- Los invitados reciben a la entrada del recinto un microchip que se encarga de adecuar la temperatura y la humedad de cada una de las habitaciones y estancias al gusto de los ilustres inquilinos
- El cableado de toda la mansión alcanza los 83 kilómetros
- El garaje particular de Bill Gates tiene capacidad para 4 coches
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