En la constelación de Erídano, a unos 120 millones de años luz de distancia, se halla la galaxia espiral NGC 1309. Tiene un diámetro aproximado de 75.000 años luz, ligeramente menor que el de la Vía Láctea, y es uno de los más de 200 miembros del Cúmulo de Erídano.
Los brazos espirales adoptan tonalidades azules debido a que son regiones donde abundan estrellas jóvenes de reciente formación, mientras que el núcleo, de colores amarillos, es donde se concentran los astros más antiguos.
En lo que llevamos de siglo XXI se han observado dos supernovas en NGC 1309. La primera y más importante fue SN 2002fk, cuya luz nos llegó en septiembre de 2002. Se produjo cuando, en un sistema binario, una enana blanca absorbió la materia de su compañera hasta que acumuló una cantidad de masa tal que detonó, convirtiéndose en el objeto más brillante de toda la galaxia durante varias semanas.
La segunda fue SN 2012Z, que se detectó en enero de 2012. Fue una supernova de tipo Iax que produjo una luminosidad baja y que dejó tras de sí una estrella zombi que, de acuerdo a las observaciones que se han realizado posteriormente, posee un brillo superior al de antes de la explosión cataclísmica.
La imagen que encabeza este artículo fue tomada en febrero de 2006 por el telescopio espacial Hubble y combina detalles en infrarrojo con otros en luz visible para representar las diferentes regiones de la galaxia y los gases que abundan en las mismas.