Que Apple vende los iPhone a un precio medio superior y trabaja con unos márgenes mucho más altos que los fabricantes de Android es un hecho más que sabido. La calidad, el diseño y el aura de marca de lujo que ha cultivado durante décadas le permite aplicar una política comercial que resultaría suicida para sus competidores.
Lo que probablemente no sea tan conocido es que la diferencia de precio entre los distintos modelos de iPhone y los terminales Android no sólo no está disminuyendo sino que crece año tras año. Si te fijas en la gráfica inferior, puedes ver cómo en el 2010 la cantidad media que los consumidores pagaron por un iPhone fue de 702 dólares, mientras que por los móviles de Android ascendió a 441 dólares. La diferencia entre unos y otros fue, por tanto, de 261 dólares.
En el 2011, el precio medio al que se vendieron los iPhone fue de 710 dólares, ligeramente superior al año anterior. En cambio, en los smartphones Android esa cifra fue de 380 dólares. Así pues, el margen creció hasta los 330 dólares. La tendencia se ha seguido repitiendo tanto en el 2012 como en el 2013, incluso después de la aparición del ligeramente menos oneroso iPhone 5C.
La situación ha llegado a un punto tal que el precio medio al que Apple consigue vender sus iPhone es 2,35 veces más alto que el de los smartphones Android. Una circunstancia que pone de relieve por enésima vez que, a pesar del empuje de compañías como Samsung, LG o Sony, la multinacional estadounidense sigue dominando a placer el segmento de gama alta mientras que las decenas de fabricantes de Android compiten entre sí sacando al mercado modelos cada vez más económicos y que les reportan menos márgenes.
A la vista de estos números no sorprende pues que, entre las empresas que venden smartphones Android, sólo Samsung esté ganando dinero a espuertas.. El resto, o pierden dinero, o presentan unos balances económicos con beneficios muy ajustados.