Múnich, una ciudad que durante los últimos 10 años se ha convertido en un punto de referencia inexcusable para los seguidores del software libre debido a los esfuerzos que ha hecho su administración pública por migrar los ordenadores de sus empleados desde Windows a GNU/Linux, se está planteando volver a utilizar el sistema operativo y las soluciones empresariales de Microsoft.
En la actualidad, el 80% de los funcionarios de las distintas instituciones y empresas públicas de la capital de Baviera utilizan LiMux, una distribución propia basada en Ubuntu, en su puesto de trabajo y hacen uso de LibreOffice como suite de oficina. Los gestores de este ambicioso proyecto, que lleva en funcionamiento desde el 2003, estiman que su despliegue ha ahorrado más de 11 millones de euros a la ciudad al haberse reducido sustancialmente el número de licencias de software privativo que han tenido que adquirir.
Pero esta apuesta por el software libre puede estar a punto de llegar a su fin. Así lo ha confesado Josef Schmid, teniente de alcalde de Múnich, que en una entrevista concedida a la publicación Süddeutsche Zeitung ha explicado que las quejas de una parte significativa de los funcionarios han llevado al equipo de gobierno del que forma parte a plantearse dar marcha atrás en este proyecto y volver a implantar Windows y Office en los PC de la administración pública.
Tras esta sorprendentes manifestaciones se esconde la propuesta que ha realizado Microsoft de trasladar sus oficinas centrales en Alemania desde su ubicación actual en la cercana Unterschleissheim hasta Múnich, con la inyección económica que eso supondría para la economía local.
FOTOGRAFÍA: THOMAS WOLF