La capa de hielo del Ártico alcanzó su máxima extensión de este invierno el 25 de febrero, cuando llegó a los 14,54 millones de km2. Esta cifra es la más baja que se ha registrado desde que los satélites comenzaron a realizar un seguimiento de esta región polar en 1979.
La banquisa del Océano Ártico varía de tamaño continuamente: crece en otoño e invierno hasta llegar a máximos anuales entre finales de febrero y principios de abril, pero después vuelve a disminuir con la llegada del verano y normalmente registra los mínimos del año en septiembre.
Durante los últimos 15 años, coincidiendo en el tiempo con los diez años más calurosos de la historia desde que se realizan controles científicos, la cubierta helada del Océano Ártico ha ido reduciendo su extensión paulatinamente tanto en sus niveles máximos hibernales como en los mínimos del estío.
La extensión más baja que se había contabilizado hasta la fecha durante el invierno habían sido los 14,66 millones de km2 del 2011. Este año se ha batido ese preocupante mínimo histórico por 120.000 km2.
La siguiente imagen, realizada por el Centro de Vuelo Espacial Goddard, un laboratorio de investigación dependiente de la NASA, compara precisamente la extensión media que ha registrado la capa de hielo en invierno (en color amarillo) en la parte oriental de Rusia y Alaska durante los últimos 36 años con la que se ha alcanzado este año. La diferencia, como puedes observar, es notoria:
Finalmente, y para acabar, te dejo con este vídeo que ha publicado la NASA en YouTube en el que se explica (en inglés, advierto) de manera gráfica el récord negativo que ha registrado la capa de hielo del Océano Ártico este invierno:
FOTOGRAFÍAS: ADMINISTRACIÓN NACIONAL OCEÁNICA Y ATMOSFÉRICA y NASA