Por primera vez en 7 años Japón puede volver a presumir de tener instalado en su territorio el supercomputador más potente del mundo. No pasaba así desde los tiempos del Earth Simulator, un prodigio tecnólogico que desarrolló NEC a petición de la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial y del Instituto Japonés de la Energía Atómica y que entró en funcionamiento el 11 de marzo del 2002.
El responsable de que el país asiático vuelva a liderar esta exclusiva clasificación responde al nombre de K Computer, una bestia que Fujitsu ha montado en el instituto tecnológico RIKEN, que tiene su sede en la ciudad de Kobe.
Capaz de realizar hasta 8.000 billones de operaciones de punto flotante por segundo (petaFLOPS), ha desbancado del primer puesto de la clasificación que Top500 elabora periódicamente a Tianhe-1A, un supercomputador sito en el Centro Nacional de Supercomputación de Tianjin (China) que puede efectuar un máximo de 2.566 billones de operaciones de punto flotante por segundo.
En la clasificación del Top500, que se va actualizar durante el día de hoy, aparece en tercer lugar Jaguar, el supercomputador construido por Cray Inc en el Oak Ridge National Laboratory (Estados Unidos), con 2,33 petaFLOPS. La 4ª plaza es para Nebulae, que se encuentra en el Centro Nacional de Supercomputación de Shenzen (China), con 1,27 petaFLOPS, mientras que la 5ª posición la ocupa Tsubame 2.0, sito en el Instituto Tecnológico de Tokio, con 1,19 petaFLOPS.
Pero, ¿qué uso se les da a los potentísimos y, no hace falta decirlo, carísimos supercomputadores que aparecen listados en el Top500? Pues de todo tipo. A modo de ejemplo, en 75 de ellos se llevan a cabo investigaciones en diversos campos científicos, en 36 cálculos financieros y en otros 23 se analiza la World Wide Web, pero también hay 20 que los gobiernos utilizan en proyectos militares.