Corren malos tiempos en Intel, que ha anunciado que a lo largo del año va a despedir a un 5% de su plantilla, que actualmente está compuesta por 107.000 empleados a nivel global. Traducido a números concretos, ello quiere decir que 5.300 personas van a perder su puesto de trabajo en la empresa.
La noticia llega después de que las acciones del gigante estadounidense hayan experimentado un marcado retroceso tras conocerse su balance de resultados del último trimestre del año, que no han cumplido con las expectativas de los analistas debido a la crisis de la industria del PC, que acumula por primera vez en la historia 7 trimestres consecutivos de descensos en sus ventas.
Además de los despidos, Intel ha explicado que va a continuar con su reestructuración interna para adaptarse a los nuevos tiempos, marcados por la supremacía de los dispositivos móviles. En ese sentido, ha señalado que va a aumentar sus inversiones en áreas estratégicas como la de los centros de procesamientos de datos y en el desarrollo de chips eficientes de bajo consumo.
La situación de Intel no es novedad entre las empresas ligadas al mundo PC. Hewlett-Packard, por ejemplo, se va a ver forzada a desprenderse de más de 34.000 trabajadores como consecuencia, también, del difícil momento que atraviesan las ventas de ordenadores de sobremesa y portátiles. Dell, otra de las grandes firmas del sector, tampoco está como para tirar cohetes y, tras salir de la bolsa, ha confirmado que está adelgazando su estructura y despidiendo a miles de personas.
Mientras tanto, empresas como Qualcomm o Samsung Electronics viven una época dorada, ganan dinero a espuertas y ejercicio tras ejercicio aumentan su masa laboral debido a la extraordinaria demanda que existe entre los fabricantes de smartphones y tablets por sus chips basados en la arquitectura ARM.