No, las personas que veis en la fotografía no están de pie bajo el agua ni aguantan la respiración mientras nos contemplan como si tal cosa. Sí es cierto que se encuentran en el fondo de una piscina, pero no de una normal. Es una instalación creada por el artista argentino Leandro Erlich para el Museo de Arte de Kanazawa en cuya parte superior hay dispuestas 2 láminas de cristal acrílico separadas por una fina capa de agua que genera la falsa ilusión al espectador que observa desde arriba de que, efectivamente, se trata de una piscina convencional.
Los visitantes al museo que así lo deseen pueden acceder al interior de esta piscina simulada y caminar por su interior. Tienen así la ocasión de examinar con sus propios ojos las entrañas de la instalación y, de paso, generan en los espectadores que hay encima de ellos la sensación de que están caminando, charlando, haciendo fotos y riendo bajo el líquido elemento.