El pasado 23 de enero, IBM anunció la venta su negocio de servidores x86 a Lenovo por un montante aproximado de 2.300 millones de dólares. Ha pasado poco más de un mes desde entonces y los empleados de IBM empiezan a sentir en sus carnes las consecuencias de esta operación.
Y es que la multinacional norteamericana ha confirmado que, una vez cerrada esta multimillonaria transacción, va a acometer una reestructuración profunda de su división de hardware que va a pasar por el despido de muchos de sus trabajadores. Aunque ningún representante de la empresa ha querido dar una cifra exacta, fuentes internas afirman que las bajas forzadas podrían llegar hasta un 25%.
La intención de IBM es centrar sus esfuerzos en ciertas áreas que considera prioritarias, como los servicios en la nube y la computación cognitiva. A tal efecto, dichos departamentos van a recibir inversiones considerables y una atención prioritaria, pero esta estrategia va a tener una contrapartida en forma de despidos de una parte de la fuerza laboral de otras áreas, como la referida de hardware.