Tras llevar más de un año comercializando de manera casi exclusiva ordenadores con Windows 8, Hewlett-Packard ha sorprendido a propios y extraños anunciando a través de su web que, a partir de ahora, va a cambiar de estrategia y va a volver a vender sobremesas y portátiles con Windows 7 debido a la «demanda popular» que hay en este sentido.
El movimiento recuerda sobremanera al que muchos fabricantes efectuaron años atrás cuando, tras comprobar el aluvión de críticas y la mala acogida que tuvo Windows Vista, dejaron de lado al por entonces nuevo sistema operativo de Microsoft y se decantaron por el veterano Windows XP.
La decisión de HP no es sólo estética y limitada a unos pocos equipos. Si se navega por su página se advierte rápidamente que en el apartado dedicado a los sobremesas, los PC que aparecen en primer plano llevan todos Windows 7. Además, ha aplicado rebajas de hasta 150$ a los ordenadores con W7 para promocionar su decisión y atraer a consumidores que pudieran estar descontentos con W8.
La defenestración de Windows 8 llega hasta el punto de que en el apartado de todos-en-uno táctiles, el fabricante estadounidense promueve un equipo con un procesador Nvidia Tegra 4 y Android 4.2 Jelly Bean por encima de los modelos tradicionales con Intel y Windows 8.
No parece difícil de imaginar que este giro brusco en la estrategia de HP habrá generado malestar en los cuarteles generales de Microsoft, aunque bien visto una venta es una venta, y si con esta estrategia se venden más ordenadores y, por tanto, más licencias de Windows en plena crisis del sector, ambas empresas saldrán beneficiadas.