La Comisión Europea impuso hace cuatro años una multa de 4340 millones de euros a Google por vulnerar las normas antimonopolio vigentes en la Unión Europea y utilizar prácticas ilegales para mantener la posición de dominio de su motor de búsqueda en los dispositivos Android.
El organismo europeo fundamentó su condena en el hecho de que los fabricantes se ven obligados a preinstalar la barra de búsqueda de Google en sus teléfonos móviles y tablets como condición para obtener una licencia de uso de la tienda Google Play.
Otro de los motivos esgrimidos fue que la compañía estadounidense realiza pagos tanto a los operadores de redes móviles como a algunos de los fabricantes para que ofrezcan exclusivamente Google Search en sus dispositivos.
Como era de esperar, Google presentó un recurso contra dicha sentencia unas semanas más tarde argumentando que no ostentaba una posición dominante debido a la existencia de un competidor del calibre de Apple y que sus acciones tenían como objetivo evitar una excesiva fragmentación de Android que perjudicase a los consumidores.
El proceso legal se ha alargado durante cuatro años, pero hoy finalmente el Tribunal General de la Unión Europea ha emitido una resolución en la que se ratifican la mayor parte de los cargos por los que Google fue condenada en 2018. La única noticia relativamente positiva para la multinacional estadounidense radica en que este órgano jurisdiccional ha rebajado ligeramente la cuantía total a pagar a 4100 millones de euros, 240 millones menos que anteriormente.
El Tribunal General es la segunda corte en rango de importancia en la Unión Europea, de manera que Google tiene la opción de acudir al Tribunal de Justicia. Para ello, deberá presentar una apelación en un plazo máximo de dos meses y diez días.
Tras conocerse la noticia, Google ha emitido un comunicado en el que expresa su decepción después de que el Tribunal General no haya anulado la sentencia original y recuerda que Android ha proporcionado a los ciudadanos un mayor número de opciones entre las que escoger al tiempo que se ha convertido en un elemento fundamental en miles de empresas en Europa y el mundo.
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