A mediados de enero Google dejó de vender sus gafas inteligentes Google Glass y anunció que no iba a producir nuevas unidades de las mismas. El motivo que se esgrimió para tan drástica decisión fue que se trataba de un producto experimental que no estaba listo para ser comercializado.
A partir de ese momento, esgrimió la compañía estadounidense, sus ingenieros iban a continuar con su desarrollo pero lo harían sin imponerse plazos de entrega alguno. La ambigüedad del comunicado provocó que mucha gente creyera que Google se estaba planteando abandonar el proyecto ante la dificultad que entrañaba. Una sensación que no ha hecho sino crecer desde entonces ante la falta de noticias sobre las Google Glass.
Consciente de ello, el presidente ejecutivo de Google, Eric Schmidt, ha efectuado unas declaraciones al Wall Street Journal en las que ha defendido la resolución que tomaron dos meses atrás y ha indicado que en ningún caso van a dejar de trabajar en las Google Glass.
Schmidt ha remarcado que es una plataforma fundamental para Google, aunque ha admitido que se trata de un proyecto a largo plazo. El directivo ha querido compararlo con el vehículo autónomo que están diseñando y ha explicado que, como este último, las Google Glass van a necesitar tiempo para estar a punto pero que ello no quiere decir que vayan a dejar de invertir en las mismas ni que vayan a dejar de tomar riesgos en su desarrollo.
Esperemos que estas manifestaciones se ajusten a la realidad y que Google no cancele este proyecto. Y es que, aunque las Google Glass no dejen de ser prototipos repletos de deficiencias, también son en mi modesta opinión uno de los productos tecnológicos con mayor potencial que han aparecido en los últimos años.
FOTOGRAFÍA: DAN LEVEILLE