1.650.000.000 de dólares. Esa es la cantidad que abonará Google por hacerse con YouTube, en lo que es sin duda la noticia del año dentro del sector de las nuevas tecnologías. En los últimos días numerosos medios de comunicación se habían hecho eco de un rumor que apuntaba en esta dirección, pero no fue hasta última hora de ayer que el gigante de Internet emitió una nota de prensa confirmando la macro-compra.
Esta monstruosidad de dinero va a permitir a Google comprar un servicio que sirve más de 100 millones de vídeos al día, que tiene 20 millones de usuarios únicos al mes, que en sólo un año de vida ha pasado a ser uno de los 10 portales más visitados de Internet y en el que sus visitantes suben 70.000 nuevos vídeos al día. Fundada por algunos de los impulsores de PayPal, YouTube se ha convertido en la compañía de medios que más rápidamente ha crecido en el último lustro, superando incluso a hitos como MySpace.
Uno de los grandes interrogantes que se cierne en torno al futuro de YouTube son las demandas por infringimiento del copyright que diversas discográficas y cadenas de televisión podrían plantearle. De ahí que en los últimos tiempos se hayan preocupado muy mucho de llegar a acuerdos individuales con estos agentes a cambio de una buena suma de dinero y de asegurarles visibilidad entre los millones y millones de visitantes diarios que tienen.
Aún así, quedan muchos interrogantes sin resolver y que podrían ser fuente de disputa en un futuro próximo. Y es que, si bien parece claro que YouTube se está blindando ante los grandes conglomerados audiovisuales, todavía nadie ha tratado la problemática que puede surgir con otros servicios similares que opten por compartir una parte de sus ingresos con los usuarios que suban sus propios vídeos.
Hasta el momento se han dado tímidos pasos en esta dirección, pero estoy convencido que en los próximos meses van a florecer nuevas apuestas que irán en este sentido y que podrían generar una avalancha de quejas de internautas individuales, que verían cómo sus obras son subidas sin permiso a YouTube.
No quiero acabar sin recordar que hasta el momento muchos medios habían acusado a YouTube de carecer de modelo de negocio y de generar unas pérdidas estimadas de 20 millones de dólares anuales sólo en concepto de pago de ancho de banda. Ahora esta afirmación deja de tener sentido puesto que esa cantidad es la que se gastan los directivos de Google en pipas cada fin de semana. Ya sabéis, «porque yo lo valgo».