Tras pasarse años en los tribunales norteamericanos enfrentándose con los grandes estudios de Hollywood y con la industria discográfica estadounidense, Grokster ha decidido cerrar sus puertas y dejar de distribuir su software P2P.
El anuncio llega tras un proceso judicial interminable en el que se ha acusado a Grokster de fomentar la piratería en Internet al permitir que internautas de todo el mundo utilizaran su programa para descargarse películas y canciones sin pasar por caja.
El acuerdo alcanzado establece que, a cambio, Grokster recibirá una compensación de 50 millones de dólares por las pérdidas que le ocasionará el cese de sus actividades ligadas al tráfico P2P.
Cabe recordar que el Tribunal Supremo de Estados Unidos, en una decisión unánime, dictaminó en junio que los grupos y compañías que hay detrás de los programas P2P son responsables de violaciones contra la propiedad intelectual cuando los usuarios que los utilizan copian y comparten música, películas o cualquier otro material sujeto a derechos de autor.
Desde que se conociera esta sentencia, las reacciones no se han hecho esperar: la ‘Recording Industry Association of America’ (RIAA) presentó 784 demandas contra usuarios de programas P2P apenas 2 días después de hacerse público el fallo del Tribunal Supremo; hace sólo un mes, MetaMachine, la empresa que hay detrás de eDonkey, anunció que iban a abandonar toda actividad relacionada con el intercambio de ficheros; dos semanas atrás, los responsables de iMesh emitieron un comunicado en el que explicaban que el servicio que venían ofreciendo pasaba a ser de pago para compensar así a las discográficas por las pérdidas que les ocasionaban las descargas, etc.
Esta noticia confirma una vez más el negro futuro que tienen las redes de pares tal y como las conocemos hoy en día en países como Estados Unidos.