Dos décadas atrás, Final Fantasy era una de las franquicias que acaparaba una mayor expectación mediática y generaba más ilusión entre los aficionados. Cada nuevo videojuego que se anunciaba se convertía en un acontecimiento en sí mismo y daba lugar a incontables debates en los foros de la época.
Hoy en día, las cosas han cambiado. La decadencia de esta saga es evidente, y a nadie escapa que su popularidad se halla muy lejos de la de otros grandes nombres de la industria como God of War, Spider-Man, The Last of Us, Uncharted o Monster Hunter. Eso por no hablar de las series más conocidas de Nintendo, que están directamente en otra estratosfera.
Y, lo que es peor, el deterioro de Final Fantasy parece no haber tocado fondo. Sin ir más lejos, hace unas horas hemos sabido que el estreno de Final Fantasy VII Rebirth se ha situado muy por debajo de las expectativas que tenía Square Enix y que está vendiendo la mitad que Final Fantasy VII Remake, su predecesor.
Los motivos que explican su descenso en ventas son diversos. El hecho de que sea una segunda parte juega en su contra, como también lo hace que el número de PlayStation 5 en las manos de los consumidores sea mucho más bajo respecto a las PlayStation 4 que había en el mercado en 2020, cuando salió FFVII Remake.
Pero, incluso teniendo en cuenta esas variables, resulta muy difícil de justificar una caída tan pronunciada. Especialmente cuando vemos que la trayectoria comercial de Remake fue positiva, pero en ningún caso excepcional.
Y es que, si nos atenemos a los números facilitados por la propia Square Enix, en septiembre del año pasado llevaba 7 millones de copias vendidas, una cifra en la que se contabilizaban tanto los resultados de la versión original que salió en la PS4 como los cosechados por Final Fantasy VII Remake Intergrade que salió en la PS5.
Son muchas las voces que reclaman desde hace tiempo a Square Enix que varíe su estrategia habitual y haga de Final Fantasy una franquicia verdaderamente multiplataforma. Algo que implicaría que dejara de sacar sus nuevos videojuegos siempre en exclusiva (ya sea total o temporal) en la PlayStation.
Esas sugerencias han caído siempre en saco roto. Pero visto lo que está sucediendo últimamente, quizá veamos a no demasiado tardar un cambio de rumbo en la forma de actuar de la compañía japonesa. Veremos qué sucede en el futuro.