En 1908 el cine distaba mucho de ser considerado un fenómeno de masas, las escasas salas de aquellos días no atraían todavía a un público mayoritario, los actores y directores no eran reconocidos por las calles, las películas no contaban con presupuestos millonarios y sus intérpretes no ganaban sueldos descabellados.
En una época en la que el cine apenas si daba sus primeros pasos, el artista francés Émile Cohl se encerró en su estudio entre los meses de febrero y junio de ese año y dibujó más de 700 viñetas para dar forma a Fantasmagorie, considerada por los historiadores como la primera película de animación que ha dado el séptimo arte. En el vídeo que encabeza este artículo podéis ver la obra completa, que tiene una duración de sólo 76 segundos.