En sólo unos años, antes de lo que mucha gente cree, las personas con movilidad reducida tendrán la posibilidad de utilizar unos exoesqueletos robóticos que se fijarán a sus extremidades y les permitirán desplazarse de un sitio a otro con mayor autonomía e incluso cargar objetos de cierto peso.
Gigantes como Lockheed Martin Corporation en Estados Unidos o Panasonic y Honda en Japón financian a diversos centros de investigación que están consiguiendo progresos importantes en este terreno.
Tales inversiones han conducido, por ejemplo, a la creación del Hybrid Assistive Limb (HAL), un modelo que actúa como si fuera un esqueleto externo adicional y expande, potencia y amplifica las funciones motrices del cuerpo humano, o del Human Universal Load Carrier (HULC), que permite a la persona que lo lleva puesto transportar objetos pesados con suma facilidad.
Aunque es un campo en el que se usa tecnología muy avanzada y en muchos casos experimental, unos estudiantes japoneses se han puesto manos a la obra y han desarrollado un exoesqueleto ciertamente atípico con materiales convencionales y métodos en su mayoría artesanales. Lo han llamado Skeletonics.
No tiene unos acabados profesionales, ni un tamaño contenido, su peso probablemente será bastante elevado y tampoco es lo que se dice elegante. Pero funciona. Vaya que si funciona
Lo dicho. Unos cracks