El 21 de julio del 2011, el Atlantis abandonó la Estación Espacial Internacional tras completar la misión STS-135 y se dirigió por última vez al Centro Espacial Kennedy de Florida, donde aterrizó a las 5:57 hora local. Fue el fin de una era, la de los transbordadores espaciales, que han marcado un antes y un después en la exploración humana del espacio y que durante 30 años han sido utilizados para realizar múltiples experimentos científicos, lanzar numerosos satélites, poner en órbita el Telescopio Espacial Hubble, contribuir a la construcción de la EEI y aprovisionar de materiales y víveres a los astronautas que sucesivamente han residido temporalmente en el más sofisticado ingenio jamás construido por el ser humano.
Para la posteridad ha quedado la fotografía que encabeza este artículo. Fue tomada desde la Estación Espacial Internacional mientras orbitaba sobre las Islas Galápagos y muestra la estela que el Atlantis deja a 2.200 kilómetros de distancia hacia el noreste mientras realiza su reentrada en la atmósfera. Un bonito colofón que sirve como homenaje póstumo al vehículo más complejo que ha puesto el hombre en el espacio.