Marte es un planeta seco y árido, pero hace 4000 millones de años, durante la era Noeica, ríos de centenares de kilómetros de longitud surcaron su superficie, se formaron lagos e incluso hubo un gran océano las planicies del norte.
Tanto es así que científicos de la Agencia Espacial Europea (ESA por sus siglas en inglés) han elaborado un mapa de Marte en el que muestran las zonas en las que hay depósitos de rocas cuya composición química fue alterada en el pasado por la acción del agua hasta convertirse en arcilla y sales.
Gracias a las mediciones realizadas por los instrumentos a bordo de las sondas espaciales Mars Express y Mars Reconnaissance Orbiter, los autores de este estudio han podido determinar que en la superficie de Marte hay miles de áreas con afloramientos rocosos que contienen altas concentraciones de minerales como la esmectita o la vermiculita, que se forman cuando las rocas entran en contacto con el agua.
La abundancia de regiones en los que estos minerales están presentes pone de manifiesto, remarcan los científicos de la ESA, que en el pasado el agua fluyó por la superficie de Marte en grandes cantidades y jugó un papel importante en determinar la geología del planeta.
Este y similares estudios que se realicen en los próximos años serán de gran ayuda para que las futuras misiones tripuladas a Marte puedan determinar los mejores sitios de aterrizaje, ya que este tipo de minerales contienen moléculas de agua que pueden ser extraídas para ser utilizadas posteriormente en las bases humanas.
Desde hace años sabemos que el agua está presente en grandes cantidades en ambos polos en forma de hielo, hasta el punto de que si el casquete polar sur se derritiera sería suficiente para que el agua cubriera todo el planeta con profundidades que, en algunos casos, podrían llegar a los once metros.
Pero ahora este trabajo confirma que cuando el ser humano comience la exploración de Marte será posible situar asentamientos en otras regiones que reciban luz solar de manera más frecuente y que no tengan temperaturas tan extremas.