Android está expandiendo su dominio sobre iOS y el resto de sistemas operativos presentes en las plataformas móviles a un ritmo comparable al que consiguiera Microsoft en los ordenadores de sobremesa en la década de los ’90. Con esta rotundidad se ha expresado Eric Schmidt, presidente ejecutivo de Google, quien no ha dudado en señalar que su compañía está ganando claramente la batalla que desde hace años viene librando con Apple por la supremacía en el sector de los smartphones.
Para reforzar su posicionamiento ha recordado las estadísticas correspondientes al tercer trimestre del año que la empresa de análisis de mercados IDC hizo públicas recientemente, en las que se indicaba que el 75% de los teléfonos inteligentes que se venden a día de hoy en el mundo incorporan Android. La segunda plaza, según dicho estudio, es para iOS, con una cuota de mercado del 14,9%, seguido de BlackBerry con un 4,3%, Symbian con un 2,3%, Windows Phone con un 2% y Linux con un 1,5%.
La estrategia del buscador, según las palabras de Schmidt, pasa por aliarse con el mayor número de fabricantes posible para que estos incorporen el sistema operativo del androide en sus smartphones, aunque para ello deban ceder en ciertos aspectos y permitir que retoquen la interfaz de usuario que diseñan en las oficinas de Mountain View.
La apuesta es clara: cuantos más modelos haya a disposición de los consumidores, mayores serán las posibilidades de que las ventas aumenten y de que los servicios que ofrece Google además del buscador, como por ejemplo Gmail, Google Maps, Picasa, Google News, Google+, Google Docs, Google Analytics o YouTube crezcan en visibilidad y en tráfico y les reporten por tanto más ingresos publicitarios. Y por el momento, los datos no hacen sino corroborar la bondad de este planteamiento, dado que diariamente se activan 1,3 millones de dispositivos Android.