En el Altiplano de Bolivia, a 3.650 metros de altura, existe una vasta extensión de terreno extremadamente plano de más de 10.000 km² que se encuentra cubierto por varios metros de sal y que almacena en sus entrañas entre el 50% y el 70% de las reservas mundiales de litio: me estoy refiriendo al Salar de Uyuni.
Debido a sus excepcionales características, cuando la época de lluvias cubre su superficie con una fina capa de agua, se transforma en un gigantesco espejo al aire libre en el que cuesta discernir dónde acaba la Tierra y empieza el Cielo: