Esta semana, y en el marco del Consejo Internacional de Autores, se está celebrando un encuentro de diversas sociedades de autor de todo el Mundo en Santiago de Compostela. Los representantes de dichas entidades afirman que el objetivo de estas reuniones es encontrar soluciones a la piratería informática, aunque tras leer las conclusiones a las que han llegado parece evidente que si no cambian su mentalidad nunca darán con ellas.
Y es que, siguiendo el mismo discurso que han venido utilizando en numerosas ocasiones, culpan de sus males a las operadoras de telecomunicaciones por «fomentar las descargas de música y cine» en Internet y piden a los gobiernos un trato de favor hacia su fuente de ingresos (ellos lo llaman «cultura»).
Ahondando en este punto, el director de la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores (CSAC) no ha dudado en afirmar que los grandes ISPs «promueven» la piratería y cree que una de las medidas a tomar sería la creación de un código identificador de obras (ISAN) que permitiera seguirlas por la Red.
Por su parte, Peter Fabri, presidente del consejo organizador, ha subrayado que considera a la SGAE como un modelo a seguir por el resto de sociedades de autor ya que «desarrolla un modelo de protección a los autores menos conocidos para favorecer la diversidad cultural de un país» (!!!).