Un estudio llevado a cabo por la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland con la colaboración del Departamento de Salud y Servicios Sociales de los Estados Unidos ha revelado que el topiramato, un medicamento que se utiliza desde hace años para tratar, entre otros, la epilepsia, las migrañas y el alcoholismo, podría convertirse también en el primer fármaco que ayudase a combatir la adicción a la cocaína de manera efectiva.
De acuerdo a los datos que maneja la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, en la actualidad hay 16,22 millones de personas enganchadas a esta droga en todo el mundo. Un problema de enorme magnitud ya que su uso continuado aumenta el riesgo de sufrir infartos, trombosis, derrames cerebrales, complicaciones en el sistema nervioso, acelera la arterioesclerosis y es causante de episodios de paranoia transitoria.
En el ensayo han participado 142 pacientes mayores de edad que buscaban tratamiento para frenar su adicción a esta droga. Una vez que dieron su conformidad, fueron distribuidos al azar en dos grupos: uno que recibió topiramato y otro al que le fue administrado un placebo.
Con el paso de las semanas, los investigadores comprobaron que los pacientes a los que se les consignaron dosis de topiramato experimentaron una menor ansiedad por seguir drogándose y, por consiguiente, lograron pasar más días en abstinencia y notaron una mejoría física en relación a los que recibieron un placebo.
La ingesta de topiramato mostró tener efectos secundarios poco relevantes más allá de episodios de hormigueo en la piel y dificultad para concentrarse en determinados momentos. A la vista de tales resultados, el doctor que ha liderado esta investigación, Bankole A. Johnson, ha manifestado que estamos ante un fármaco seguro y eficaz para el tratamiento de la adicción a la cocaína que puede contribuir de manera importante a aliviar la crisis sanitaria mundial que el uso de esta droga genera actualmente en amplias regiones del planeta.