Amazon se ha visto obligada a limitar a tres el número de libros electrónicos que cada miembro de su plataforma puede publicar diariamente. Esta decisión llega después de que muchas personas estén subiendo obras que no son de su autoría, sino que han sido creadas con la ayuda de asistentes virtuales que hacen uso de la inteligencia artificial.
La aparición de chatbots como ChatGPT, Bing Chat o Google Bard ha llevado a que un número creciente de usuarios de Amazon esté sacando partido de la tecnología que incorporan para que les escriban historias a partir de las descripciones e indicaciones que les dan.
Amazon también ha establecido que quienes hagan uso de Kindle Direct Publishing, su servicio de auto publicación de libros, deben notificar si han escrito el material que envían o bien si ha sido generado con la ayuda de la inteligencia artificial.
En caso de que sean los autores de la mayor parte del contenido pero hayan hecho uso de la IA para crear alguna imagen o corregir errores gramaticales que pudiera haber en el texto, deben especificarlo también.
Estos cambios llegan después de diversos episodios polémicos, como la aparición de libros con consejos para la identificación de setas que han sido escritos por herramientas de inteligencia artificial y que contienen información errónea que puede conducir a quienes los lean a consumir especies tóxicas.
Amazon ha querido desmarcarse de este tipo de controversias y ha indicado que «sigue de cerca la evolución de la IA generativa y su impacto en la lectura, escritura y edición». Así mismo, sostiene que mantiene su «compromiso de ofrecer la mejor experiencia posible de compra, lectura y publicación a autores y clientes».
FOTOGRAFÍA: NITIN ARYA