La industria cinematográfica española y la Federación para la Protección de la Propiedad Intelectual (FAP) han presentado una campaña en la que una vez más intentan criminalizar el uso de las redes de pares, comparando la descarga de películas con el robo de un coche. Para hacer crecer el miedo entre aquellos que hacen uso de los programas P2P, en los anuncios mostrarán el mensaje «en Internet el robo queda registrado».
No contentos con el ‘Plan Antipiratería’ que el Ejecutivo ha creado para defender sus intereses por encima del de los internautas, ahora piden al Gobierno que endurezca la legislación para ir tras las personas que compren en el top manta o bajen películas de la Red.
Manifiestan además que los pasos que ha dado el PSOE no son suficientes, puesto que el sector es un «enferno terminal» que precisa de ayuda urgente. En opinión de Luis Hernández de Carlos, presidente de la Federación de Distribuidores de Cine (FEDICINE), «tenemos un enfermo que, como se siga discutiendo la forma de atacar su enfermedad, se va a morir».
Pedro Pérez, presidente de la Federación de Asociaciones de Productores de Cine (FAPE) ha manifestado que las pérdidas que sufre la industria audiovisual se sitúan en los 750 millones de euros anuales, si bien, y como viene siendo norma habitual, no ha mostrado los posibles estudios que le hayan llevado a esta conclusión.
Por su parte, Ricardo Evole, presidente de la Federación de Exhibidores FECE, ha afirmado que en lo que va de año han acudido a las salas de cine un 10% menos de espectadores que en el mismo periodo del año pasado, achacando este descenso a la piratería informática.
Con el lema de ‘La piratería es un delito como el robo’, se van a distribuir 3.000 copias para las salas de cine, además de las que se van a incluir en vídeos y DVDs.