Este 2011 que está a punto de acabar lleva camino de convertirse en el particular annus horribilis de Hewlett-Packard, que en los últimos tiempos se ha convertido en una máquina de generar malas noticias una tras otra.
Tanto las ventas del tablet HP Touchpad, lanzado en el mes de julio, como las de los smartphones Palm Pre y Palm Pixi, han sido desastrosas. A consecuencia de ello, y puede que precipitadamente, la dirección de la multinacional californiana anunció en agosto que había tomado la decisión de deshacerse de su división de productos informáticos destinados al mercado de consumo, incluyendo los dispositivos impulsados por el sistema operativo webOS, los PC de sobremesa, portátiles e incluso las impresoras para centrarse en las soluciones empresariales y para los departamentos gubernamentales, que en principio permiten obtener márgenes de beneficios más generosos.
Una decisión ésta que generó una agria polémica y que acabó propiciando que en septiembre el consejo de administración de HP, comandado por su presidente ejecutivo Ray Lane, cesara de sus funciones al hasta entonces CEO de la compañía, Léo Apotheker, y lo sustituyera por una vieja conocida de la industria, Meg Whitman, que hasta el 2008 había ocupado ese mismo cargo en eBay.
Tras este cambio, parecía que las aguas habían vuelto a su cauce y que, al menos por un tiempo, la imagen de Hewlett-Packard no se iba a volver a ver manchada por decisiones empresariales que, en el mejor de los casos, cabría calificar como torpes y poco acertadas. Nada más lejos de la realidad.
Y es que Ray Lane, una persona a la que se le presupone que debe ser plenamente consciente del cargo que ocupa, ha concedido en las últimas horas una entrevista a Reuters en la que ha repasado la convulsa actualidad de la compañía y en la que ha tenido a bien posar para la ocasión ante el fotógrafo de la conocida agencia con un MacBook Air, el ordenador que confiesa utilizar en casa.
Obviamente, en su tiempo libre puede hacer uso de los portátiles que considere oportunos pero, ¿es ése el mensaje que todo un presidente ejecutivo de Hewlett-Packard debe enviar en unos momentos tan delicados para la compañía que dirige? Es más, ¿tanto le hubiera costado aparecer junto a alguno de los innumerables ordenadores que vende HP? En fin…