El precio de los módulos de memoria NAND, uno de los componentes principales de las unidades SSD, está previsto que disminuya entre un 5% y un 10% durante el segundo trimestre del año. Una caída que se suma a las que vienen produciéndose desde mediados del año pasado y que está llevando a algunos fabricantes a sufrir pérdidas multimillonarias.
A pesar de que empresas como Micron o Samsung llevan meses ajustando sus niveles de producción, no están consiguiendo frenar la caída. Ello se debe a que sus principales clientes, los fabricantes de teléfonos móviles y ordenadores, están viviendo una crisis similar como consecuencia del parón en el consumo.
Esta bajada se va a trasladar con toda probabilidad a las unidades SSD, que se espera que se sigan abaratando. De hecho, a principios de mes se dio a conocer que el precio de estos dispositivos había caído a escala global entre un 15% y un 30% desde enero dependiendo de la marca y el modelo.
De cara al tercer trimestre del año, se estima que se podría alcanzar un punto de equilibrio en el que los precios se mantendrían estables, pero no sería hasta el último tramo de 2023 cuando se empezarían a experimentar las primeras subidas tras más de un año de constantes bajadas.
La otra cara de la moneda la estamos viviendo los consumidores, que nunca antes nos habíamos encontrado con precios como los actuales, que en algunos casos son de la mitad respecto a doce meses atrás. No sólo en los discos SSD, además, sino también en los módulos de memoria RAM, que en el primer trimestre del año han disminuido un 20% interanual. Y es que, como se suele decir, la alegría va por barrios.