Pasan los meses y las ventas de productos electrónicos a escala mundial siguen sin ofrecer signos claros de recuperación. Uno de los sectores más afectados por este frenazo en el consumo está siendo el de los fabricantes de memoria DRAM, que se están viendo obligados a bajar precios para tratar de sacarse de encima el stock que se acumula en sus almacenes.
En el primer trimestre del año, el precio medio de la DRAM ha disminuido un 20% en relación con el mismo periodo del ejercicio anterior y las previsiones para el segundo trimestre son que desciendan entre un 10% y un 15% adicional. Los módulos del tipo DDR5 están cayendo aún más que los DDR4 como consecuencia del exceso de producción que hubo tiempo atrás, cuando la crisis empezaba a asomar en el horizonte.
Estos descensos se unen a los que ya se produjeron en el último trimestre de 2022, cuando los precios se redujeron un 31,4% interanaual y también a los del trimestre previo, un periodo en el que se hundieron aún más y cayeron un histórico 34,4%.
Micron Technology, Samsung Electronics y SK Hynix están ajustando su producción con el propósito de, al menos, mantener los precios actuales. Una estrategia que no está dando los resultados esperados debido a que muchos de sus clientes, entre los que se encuentran fabricantes de teléfonos móviles, ordenadores o tarjetas gráficas, poseen existencias de módulos DRAM de sobra y es poco probable que aceleren sus compras hasta que no aumente la demanda de sus propios productos.
De hecho, la situación no está previsto que mejore hasta que las ventas de este tipo de dispositivos no empiecen a remontar. Algo que no se producirá hasta que desaparezca la incerteza económica que coarta el consumo y provoca que mucha gente se lo piense dos veces antes de afrontar gastos considerados como no esenciales.