La emergencia de la inteligencia artificial como fenómeno de masas ha pillado a casi todo el mundo con el pie cambiado, empezando por Google, que ha visto cómo Microsoft ha integrado rápidamente esta tecnología en sus productos y ha comenzado a restarle cuota de mercado en el sector de las búsquedas.
A quienes también ha cogido por sorpresa ha sido a los legisladores, que de la noche a la mañana se han encontrado con que no disponen de leyes específicas para abordar la irrupción de servicios como ChatGPT o Bing AI.
Estas plataformas hacen uso de modelos de lenguaje basados en sistemas de inteligencia artificial a los que se suministra montañas de información procedente de sitios de Internet para que «aprendan» y la utilicen más adelante los conocimientos adquiridos para responder a las preguntas que se les realizan.
Como era de esperar, cada vez son más los creadores de contenidos que han alzado la voz y han reclamado a los poderes políticos que pongan coto a estas prácticas y no permitan que ChatGPT y demás chatbots utilicen los textos que ellos han creado sin su consentimiento.
El Parlamento Europeo parece que va a ser la primera institución que va a tomar cartas en el asunto y, en breve, tiene previsto presentar un primer borrador de la Ley Europea sobre la Inteligencia Artificial, en la que se van a recoger un conjunto de normas para reglamentar el uso de esta tecnología.
Entre ellas, se van a implementar medidas para forzar a las empresas que desarrollan este tipo de productos a revelar si han utilizado material sujeto a derechos de autor para entrenar a sus modelos de lenguaje. En caso de que así sea, quienes hayan creado esos contenidos contarán con una cobertura legal para solicitar una compensación económica.
Los eurodiputados también pretenden que quede constancia, negro sobre blanco, de que la responsabilidad última cuando un chatbot miente en sus respuestas debe recaer en las compañías que los han creado y no en los pequeños negocios que, posteriormente, los integran en sus servicios.
Otra propuesta que quieren incluir en el redactado de la ley es que se prohíba el uso del reconocimiento facial en espacios públicos. Este punto podría resultar polémico debido a que, según se apunta, las fuerzas policiales de algunos estados miembros podrían presionar a sus gobiernos para que no se imponga un veto total a estas prácticas.
Está previsto que las negociaciones en torno al redactado de la Ley Europea sobre la Inteligencia Artificial se alarguen todavía unos meses más. Aún así, se espera que la ley se aprobará antes de que finalice la actual legislatura del Parlamento Europeo en 2024.
FOTOGRAFÍA: PARLAMENTO EUROPEO