En abril del 2005, un navegador basado en Firefox y diseñado en torno al motor de renderizado Gecko, pero con un enfoque claramente diferenciado y centrado en ofrecer a sus usuarios una mejor y más profunda integración con las redes sociales, hizo acto de aparición y se sumó a la ya larga lista de competidores que había por entonces.
Bautizado con el nombre de Flock, rápidamente se hizo un hueco entre un pequeño grupo de internautas que valoraban las ventajas que aportaba a la hora de colgar vídeos, fotografías o textos y actualizar los perfiles de Facebook, Flickr, YouTube, WordPress, Gmail, Blogger y, más adelante, Twitter.
Entre los años 2007 y 2008 ganó los premios Webby, SXSW, South By Southwest y Open Web, consiguió una cifra cercana a los 30 millones de dólares en rondas de financiación y webs del renombre de PC World o CNET escribieron artículos hablando maravillas de sus características e innovaciones.
El futuro se atisbaba esperanzador, pero la durísima competencia que existe en un sector en el que Microsoft con Internet Explorer, Mozilla con Firefox, Google con Chrome y Apple con Safari acaparan las preferencias de la inmensa mayoría de los internautas y apenas dejan espacio a propuestas tan interesantes y potentes como Opera han acabado por hundir, poco a poco, a Flock, que con el paso de los años no sólo no ha ganado cuota de mercado sino que la ha ido perdiendo hasta acabar convirtiéndose en una opción marginal.
De ahí que Zynga, la empresa que adquirió el navegador en el mes de enero de este mismo año, haya anunciado que ha decidido abandonar el desarrollo de Flock y que el próximo 26 de abril dejará de ofrecer soporte a sus usuarios, por lo que recomienda a todos aquellos que aun hoy en día siguen utilizándolo para surfear la Red que se descarguen las últimas versiones disponibles de Chrome o bien de Firefox. Una noticia triste que, lamentablemente, se veía venir desde hacía tiempo.