Un estudio de 4 años de duración llevado a cabo por 5 investigadores de la Universidad de Stanford en el que se han analizado las 5,7 millones de líneas de código del kernel de Linux ha resuelto que éste es un sistema mucho más seguro que la mayor parte del software propietario.
El informe, que se hará público hoy mismo, concluye que en el kernel 2.6 de Linux, utilizado en la mayor parte de las distribuciones actuales, se han detectado únicamente 985 bugs, lo que da una media de tan solo 0,17 fallos por cada 1.000 líneas de código.
Es una cifra sensiblemente inferior a la que se da en los programas comerciales, que se sitúa entre 20 y 30 por cada 1.000 líneas, según atestigua la Universidad Carnegie Mellon. De haberse seguido este promedio, se hubieran encontrado más de 140.000 errores en las 5,7 millones de líneas de código del kernel.
De los 985 bugs hallados, la mayor parte estaban presentes en zonas críticas del kernel o podían causar la inestabilidad del sistema, otros 100 eran agujeros de seguridad y 33 repercutían en el rendimiento del sistema. Conviene resaltar que la mayor parte de los fallos que se han analizado en el estudio ya han sido resueltos por miembros de la comunidad desarrolladora de Linux.