Hace más de un año que vengo oyendo hablar del iPhone, el teléfono móvil con el que Apple podría aprovechar su imagen de marca para hacerse un hueco significativo dentro de este hipercompetitivo mercado. En todo este tiempo han aflorado mil y un rumores en los que se aseguraba que Steve Jobs & cia estaban a punto de lanzar el dispositivo en cuestión, pero todos se han acabado demostrando falsos.
Pero después de tantas informaciones falaces, parece que ahora sí, la compañía de la manzana se ha puesto manos a la obra y ha encargado la fabricación de 12 millones de unidades del iPhone a Hon Hai Precision, una empresa afincada en Taiwan que en los últimos años ha ensamblado el iPod.
Los móviles entran por los ojos, de ahí que el diseño sea clave a la hora de conseguir un producto de éxito, sobre todo entre el público más joven. Y es en ese campo donde Apple va a plantar batalla a Nokia, Sony Ericsson, Motorola y el resto de fabricantes, puesto que en las oficinas de Cupertino saben que tienen todas las de ganar gracias a la imagen que se han granjeado entre millones de usuarios a lo largo del último lustro.
Si yo fuera un dirigente de cualquiera de estas compañías, comenzaría a rezar lo mejor de mi repertorio porque la caída en las ventas, especialmente en Estados Unidos, pueden ser de las que hacen época.