Los proveedores de acceso a Internet, con la ayuda inestimable de una horda de políticos ineptos, llevan años presionando a los gobiernos occidentales para que introduzcan cambios legislativos que les permitan construir una Internet de 2 velocidades dotada de filtros en la que ellos tengan la potestad de decidir qué páginas podremos visitar a una velocidad aceptable y qué otras tardarán más en cargar. Eso, claro está, a no ser que aceptemos pagar una cantidad extra aparte de la que abonamos por nuestra conexión.
He hablado largo y tendido de este tema en repetidas ocasiones, pero hoy vuelvo a traerlo a la portada de Abadía porque he encontrado una imagen que explica visualmente y de una manera muy didáctica los problemas con los que nos podríamos encontrar si Telefónica, Verizon, AT&T, Orange, Vodafone o Deutsche Telekom tuvieran vía libre para convertirse en el Gran Hermano de la Red:
Esto es, podríamos vernos abocados a tener que pagar más para acceder a determinados contenidos, como servicios multimedia o, por supuesto, programas de intercambio P2P.
¿Cómo es posible que algo tan sencillo de entender no les entre a la cabeza a algunos representantes que han sido elegidos, teóricamente, para defender los intereses de los ciudadanos que los han puesto en esos cargos y que, no lo olvidemos, les pagan sus sueldos?