Nvidia ha presentado el balance económico que ha obtenido a lo largo del último trimestre, en el que destaca que sus ingresos han sido de 6700 millones de dólares, muy lejos de las previsiones de 8100 millones de dólares que manejaba la compañía estadounidense.
La causa principal detrás de esta disminución tan marcada en los ingresos se encuentra en el desplome de las criptomonedas, que a su vez ha provocado que muchos mineros dejen de comprar tarjetas gráficas.
Los grandes beneficiados del hundimiento de las criptomonedas están siendo los aficionados a los videojuegos, que por primera vez en años pueden adquirirlas a precios razonables. Y es que, desde el 2017, conseguir una tarjeta gráfica nueva sin tener que pagar un sobreprecio absurdo ha sido una tarea casi imposible.
La situación ha seguido una tendencia muy similar en el mercado de segunda mano, donde también ha habido que desembolsar sumas ridículas para hacerse con tarjetas viejas que, en muchos casos, habían sido exprimidas las 24 horas del día en empresas de minado de criptomonedas.
Afortunadamente, la anomalía en la que vivíamos instalados está desapareciendo. Desde principios de año los precios de las tarjetas no han dejado de caer, hasta el punto de que, en estos momentos, es posible conseguir modelos nuevos a los precios marcados por los fabricantes y de segunda mano con descuentos muy significativos.
En eBay, por ejemplo, los mineros están tratando de vender sus tarjetas gráficas ahora que ya no les son rentables y la competencia entre ellos está causando que los precios de las mismas bajen semana tras semana.
Esta tendencia debería ir a más conforme avance el año, ya que está previsto que tanto Nvidia como AMD presenten sus nuevas tarjetas este mismo otoño. Una vez se pongan a la venta, el valor de la actual generación disminuirá aún más y también lo hará su precio.