Que alguien me lo explique: en España los políticos y los medios de comunicación se pasan el día llamándonos piratas porque, haciendo uso del derecho de copia privada, nos descargamos canciones y películas con los programas P2P. Mientras tanto, en un país como Estados Unidos en el que hacer tal cosa sí es ilegal, va y sale el Cosmopolitan y recomienda a sus lectoras que pidan a sus respectivas amigas CDs llenos de música, esta vez sí, pirata.
Lo que hay que ver
¿Qué pensarán de este artículo la RIAA, la MPAA, la SGAE o la BPI? Nada bueno, me temo