Los partidos políticos con representación parlamentaria han acabado de perfilar los detalles de lo que será la nueva Ley de Propiedad Intelectual, que ahora será remitida a la Comisión de Cultura del Congreso para su aprobación.
En su trámite parlamentario, los grupos han acordado eliminar el punto donde se indicaba que tan solo se podían hacer 3 copias privadas de una obra original, al considerar que eso es técnicamente imposible de controlar.
Pero en contra de lo que pudiera parecer tras leer este punto, la mayor parte de los cambios introducidos por en el Congreso son a peor. Y es que los diputados han decidido dar un peligroso e innecesario impulso al canon anunciando que las sociedades de autor tendrán el derecho a recibir una compensación por «la puesta a disposición» de sus obras en soportes digitales*.
También han cambiado la definición de lo que se entiende por copia privada, ya que ahora deberá proceder siempre de una obra original y ser utilizada en el ámbito particular.
Siempre del lado de los artistas, «artistas», famosos y famosetes, los políticos han incorporado un apartado en la LPI que permitirá a las entidades de gestión de los derechos de autor cobrar a las bibliotecas públicas por el uso de los libros, una medida del todo punto inadmisible si lo que se pretende es fomentar la cultura pero ideal si lo que se persigue es hacer todavía más ricos a aquellos que viven del trabajo de los demás.
*La nota de prensa emitida por la agencia EFE indica que Internet también estará incluida en el canon, pero quiero pensar que se trata de un error de redacción.