Este pasado domingo los ciudadanos de Islandia fueron convocados a las urnas para elegir al equipo de gobierno que deberá gestionar el futuro del país durante los próximos años. Como han reproducido infinidad de medios de comunicación e imagino que ya habrás leído en la prensa o visto en los informativos de televisión, los habitantes de este pequeño estado devolvieron al poder al Partido Progresista, el mismo al que en el 2008 habían desbancado tras hacerlos responsables del desastre financiero que se llevó por delante el sector financiero local.
Pero si hoy dedico estas líneas a las elecciones generales islandesas no es porque esté particularmente interesado en los resultados que se han producido, ni en los juegos de alianzas que surgirán en próximas fechas entre las formaciones más votadas, sino por la fotografía que he colocado en la parte superior del artículo.
Fue tomada el domingo en el preciso momento en el que Jón Gnarr, el alcalde de Reikiavik, depositaba su voto vestido de Caballero Jedi. No es broma. La imagen es auténtica. Aunque cueste de creer, se presentó con este fantástico uniforme al colegio electoral
Una fotografía que roza el surrealismo y que sería impensable en ningún otro lugar pero que en Islandia es posible debido a que en el 2010 los ciudadanos de la capital del país otorgaron la vara de mando al partido satírico Best Party, que tenía como cabeza de cartel a este cómico, muy popular entre los islandeses.
No es la primera vez que Gnarr se disfraza desde que es alcalde de Reikiavik. Sin ir más lejos, en la marcha del Orgullo Gay que se celebró en las calles de la ciudad poco después de su elección, no tuvo inconveniente en vestirse de Drag Queen y en otras ocasiones ha aparecido con una máscara de Darth Vader tapando su rostro o con una gorra de Santa Claus. Todo un personaje