Un estudio realizado en 537 estudios de desarrollo repartidos por todo el mundo pone de manifiesto que el 95% de ellos está trabajando en videojuegos como servicio (también conocidos como GaaS, por sus siglas en inglés).
Este tipo de juegos reciben contenidos de manera regular que sólo están disponibles para suscriptores o en forma de microtransacciones. Su modelo de negocio se basa, pues, en conseguir que un número suficiente de usuarios se avengan a abonarse a sus pases de temporada o no tengan inconveniente en pagar de manera regular para conseguir nuevos trajes y accesorios.
En la actualidad, hay muchos videojuegos como servicio que son extremadamente rentables. Es el caso, por ejemplo, de Fortnite, Dota 2, Genshin Impact, Final Fantasy XIV, Grand Theft Auto Online, Apex Legends, Destiny 2, League of Legends, Pokémon Go, Fall Guys o Rocket League.
Así las cosas, resulta comprensible que muchas compañías del sector admitan que están inmersas en proyectos de ese estilo. La esperanza de todas ellas, claro está, es repetir o siquiera acercarse al éxito de cualesquiera de los videojuegos recién mencionados.
De hecho, en el informe al que he hecho mención unas líneas más arriba se subraya que el 66% de los estudios de desarrollo creen que los videojuegos como servicio son necesarios para asegurar su sostenibilidad a medio y largo plazo.
Existe una corriente de opinión, cada vez más prevalente en las redes sociales, que sostiene que este tipo de contenidos son una moda pasajera y que, como tal, van a dejar de ser rentables muy pronto. Pero este estudio apunta en la dirección contraria: esto es, que los estudios consideran cada vez más importantes los videojuegos como servicio y que en los próximos años se van a estrenar una plétora de títulos basados en este sistema de monetización.