Este pasado lunes Júpiter recibió un gran impacto sobre su superficie que generó una enorme bola de fuego de un tamaño tan descomunal que astrónomos aficionados de diversas partes del mundo han podido observarla e incluso registrarla con sus equipos.
Uno de ellos, Dan Peterson, ha explicado que una vez se produjo la colisión, presumiblemente con un asteroide, pudo ver con claridad un destello muy brillante que se mantuvo entre 1,5 y 2 segundos cerca del borde sur del cinturón ecuatorial de nubes del planeta.
Tal y como explica George Hall, un astrónomo aficionado de Dallas que también observó el suceso de primera mano con un telescopio LX200GPS, el impacto se produjo a las 00:35 horas (UTC) del lunes 10 de septiembre.
Con ésta son ya 4 las colisiones contra Júpiter que se han registrado desde julio del 2009, cuando los astrónomos observaron una gigantesca mancha negra del tamaño de la Luna en la región subpolar sur del planeta generada, aparentemente, por el choque de un asteroide o cometa de un tamaño aproximado de 500 metros.
Desde entonces se han producido al menos otras 2 colisiones, la primera de ellas en junio del 2010 y la siguiente en agosto de ese mismo año, producidas en ambas ocasiones por objetos más pequeños que el del 2009 y que no han dejado señal alguna ni restos de materiales en su atmósfera que se puedan observar desde la Tierra.