Una nueva especie de monstruo marino denominada Thalattoarchon saurophagis (algo así como «comedor de lagartos soberano del mar»), ha sido desenterrada en Nevada. Fue uno de los primeros representantes que aparecieron del orden de los ictiosaurios y los paleontólogos que han participado en su descubrimiento consideran que los ejemplares adultos llegaron a medir, al menos, 8,6 metros de longitud.
La larga hilera de grandes y afilados dientes y su cráneo de notable tamaño evidencian que se trató de un temible depredador que apareció en los mares del Triásico 244 millones de años atrás y se alimentó de otros reptiles de proporciones similares a la suya. Nadia Fröbisch, del Museo de Historia Natural de Berlín y coatura del estudio, considera que los únicos animales de la actualidad que podrían cazar presas de unas dimensiones similares serían las orcas y los tiburones blancos.
El Thalattoarchon saurophagis pone de manifiesto también, en opinión de Fröbisch, que los ecosistemas son capaces de recuperarse rápidamente tras episodios catastróficos como fue el caso de la Extinción masiva del Pérmico-Triásico, acaecida hace 250 millones de años, en la que desaparecieron el 95% de las especies marinas y el 70% de las especies de vertebrados terrestres.
Los mares se quedaron prácticamente sin vida pero poco a poco se fueron recuperando y sólo 6 millones de años después aparecieron no sólo depredadores gigantescos como éste sino también un número creciente de presas de gran tamaño de las que se alimentó.
La presencia en la Tierra de este colosal animal se extendió unos 175 millones de años, alcanzando su apogeo hace 160 millones de años, pero a finales del Cretácico, por motivos que los científicos aún desconocen, su número comenzó a menguar hasta que terminó por extinguirse.