A pesar de que Microsoft ha dejado claro que el 30 de junio dejará de dar soporte a Windows XP, Dell, el mayor fabricante de ordenadores del mundo, ha confirmado que seguirá vendiendo PCs con este sistema operativo preinstalado y ofreciendo el servicio técnico correspondiente en caso de que haya problemas más allá de esa fecha.
Para poder poner en el mercado equipos con Windows XP, Dell hará uso de una licencia que Microsoft ha establecido para Windows Vista Business y Ultimate según la cual todo aquél que compre una de estas 2 versiones tiene derecho a obtener también una copia adicional de Windows XP Profesional.
Lo que se ha venido haciendo hasta ahora en los casos en que un cliente ha solicitado una copia de Windows XP al comprar un PC que ya traía instalado Windows Vista Business o Ultimate, ha sido suministrarle un CD aparte con XP.
Tal medida se explicaba porque los fabricantes entendían que a igualdad de condiciones, los compradores siempre preferían utilizar Windows Vista y tener, sólo como precaución, un disco con XP para casos de emergencia en los que por el motivo que fuera el rendimiento del nuevo sistema operativo de Microsoft no fuera el adecuado.
Pero teniendo en cuenta las críticas que ha cosechado Vista, Dell ha decidido curarse en salud y permitir que sus clientes puedan escoger qué sistema operativo quieren ver instalado en los ordenadores que compren. Tanto ahora como después del 30 de junio. Eso sí, elijan el que elijan deberán pagar la correspondiente licencia de Windows Vista Business o Ultimate.
Esta medida se aplicará, de entrada, en todos los modelos de las gamas Latitude, OptiPlex y Precision. Se trata de una decisión que, a buen seguro, no habrá sentado nada bien en las oficinas centrales de Redmond.