Las mejoras en el apartado gráfico, en la inteligencia artificial de los enemigos y en las físicas de los escenarios, así como el gran tamaño de algunos mapeados, han propiciado que con el paso de los años el tamaño de los videojuegos se haya multiplicado, hasta el punto de que consideremos, cuando menos, relativamente normal, que la instalación del aclamado GTA V ocupe 18 GB.
Basta con echar la vista atrás y retroceder unos años en el tiempo para ver las enormes -gigantescas- diferencias respecto a los títulos de antaño. Situémonos por ejemplo a finales de 1993, hace justo 2 décadas. En diciembre de ese año se puso a la venta un videojuego absolutamente revolucionario que marcó una época y cambió para siempre la industria en su conjunto: Doom.
Desarrollado por un joven de 23 años prácticamente desconocido llamado John Carmack, supuso un antes y un después para los FPS y popularizó el género entre el gran público en un momento en el que los grandes títulos eran mayoritariamente de lucha o plataformas. Su espectacularidad gráfica fue aplaudida sin descanso y su éxito fue la semilla que permitió la aparición de videojuegos como Duke Nukem 3D, Quake, Unreal, GoldenEye 007, Half-Life o Halo.
Pero a pesar de estar a la vanguardia gráfica de la época, y tal y como pone de manifiesto la fotografía que encabeza este artículo, cabía en apenas 2 disquettes. Ocupaba, por tanto, un máximo de 2,88 MB. Haciendo cálculos rápidos vemos cómo GTA V, el videojuego de moda actualmente, ocupa 6.400 veces más espacio que Doom, su igual en 1993. Alucinante, ¿no te parece?