A finales de año, si no media una sorpresa de última hora, Microsoft y Sony pondrán a la venta las esperadas Xbox 720 y PlayStation 4. Lo harán en un momento de pleno cambio en el que por primera vez en décadas su principal rival no será el PC sino los tablets y la multitud de juegos casual que se pueden descargar gratuitamente o a cambio de unos cuantos euros desde sus tiendas de aplicaciones.
Para triunfar a largo plazo y superar el envite que se cierne amenazante ante las mismas van a tener que ofrecer a los consumidores una potencia gráfica que las sitúe a la vanguardia de la técnica, sendas experiencias jugables innovadoras y, tanto o más importante, un precio atractivo que anime a los consumidores a acudir a las tiendas a adquirir una.
Desde los tiempos de la PlayStation 2 y la Xbox original, Sony y Microsoft han venido subvencionando reiteradamente el precio de sus nuevas consolas y vendiéndolas por debajo del coste de fabricación los 2 ó 3 primeros años que están en el mercado para hacerlas más asequibles a los consumidores. Nintendo, tras negarse a entrar en este juego durante mucho tiempo, no ha tenido más remedio que claudicar y hacer lo propio ahora con la Wii U, asumiendo parte de su importe para poderla comercializar por 279,99 euros en el caso del pack básico.
La cuestión que mucha gente puede plantearse a día de hoy es: ¿a qué precio saldrán la Xbox 720 y la PlayStation 4? Si echamos la vista atrás y comprobamos cuánto costaron en su momento las consolas que fueron saliendo al mercado vemos que, a excepción de los primeros modelos que aparecieron a finales de los años ’70 con la Atari 2600 al frente, la inmensa mayoría de aparatos que han acabado triunfando han fijado su precio de salida ajustado a la inflación en una horquilla comprendida entre los 250 y los 450 dólares (lo mismo o más en euros debido al redondeo que suelen hacer los fabricantes y los impuestos de más que se pagan en Europa).
A tenor de las pistas y enseñanzas que nos ofrece este gráfico y de las que aprendió en carne propia Sony con el fallido lanzamiento de la PlayStation 3, se da casi por descartado que los modelos base de la PS4 y la Xbox 720 vayan a costar más de 400 euros. Si tuviera que hacer una apuesta, puramente especulativa por lo demás, diría que ambas consolas se podrán adquirir de entrada por unos 350-400 euros. ¿Qué opinión tienes? ¿Peco de optimista o, al contrario, crees que serán sustancialmente más baratas?