Más de cinco siglos después de que la carabela Santa María, a bordo de la cual viajó Cristóbal Colón cuando descubrió América, se hundiera en las aguas del Caribe, un grupo de arqueólogos marinos cree haber dado con sus restos en la costa norte de Haití en el que puede ser uno de los mayores descubrimientos subacuáticos que se han efectuado jamás.
Barry Clifford, uno de los arqueólogos que ha participado en esta investigación, ha indicado que todas las evidencias geográficas, topográficas y arqueológicas que han recopilado invitan a pensar que la embarcación descubierta es la Santa María. La localización de la misma ha sido posible cruzando las anotaciones que hizo Cristóbal Colón en su diario con los hallazgos que otros equipos de investigadores han ido realizando con el transcurso de los años.
Los restos del naufragio fueron descubiertos hace aproximadamente una década, pero en aquel momento no se pensó que pudiera tratarse de la histórica carabela. No ha sido hasta que se han vuelto a examinar las fotografías tomadas y se ha comprobado que se encuentra en la localización exacta en la que Colón indicó que se hundió la Santa María que Clifford y su equipo han llegado a la conclusión de la identidad del barco.
El área que ocupan los restos, así como su disposición en el fondo marino, son consecuentes también con los que cabría esperar de una nao de las dimensiones de la Santa María que se hubiese hundido a finales del siglo XV. El análisis de las imágenes submarinas tomadas en el 2003 han permitido identificar asimismo un cañón de exactamente el mismo tipo de los que se sabe que incluía a bordo la Santa María.
Desafortunadamente, cuando Clifford y su equipo volvieron a sumergirse a principios de este mismo mes para proceder a identificar tanto el cañón como otros artefactos que discernieron en las instantáneas, se encontraron con que habían desaparecido producto del trabajo de unos saqueadores.
Como consecuencia de este hecho, las autoridades de Haití se han comprometido a proteger y preservar ese punto de sus aguas, a llevar a cabo una serie de excavaciones para estudiar su estado y a valorar si es posible devolver a la superficie los restos de la que podría ser una de las tres carabelas que en 1492 llevó a Cristóbal Colón y su expedición al descubrimiento de América.